viernes, 30 de octubre de 2009

Crónica de un voto, desde Chile a Uruguay

Organizado por el Consejo, se gestó un viaje a nuestro país. El único objetivo fue participar de las Elecciones Presidenciales que se realizaron en Uruguay el domingo 25 de Octubre; también había que dar nuestra opinión con respecto a los dos plebiscitos puestos a consideración de la ciudadanía, uno la Reforma de la Constitución que permitiría el voto epistolar y el otro para anular la Ley de Caducidad.

En la madrugada del viernes 23, nos juntamos todos los tripulantes de esta gran odisea: 45 personas.

Fueron 33 horas de viaje de ida, lo que generó nuestra tradicional camaradería. Los primeros que aparecieron fueron nuestros tradicionales mates, compartidos por supuesto, lo que fue fomentando el conocimiento mutuo. Aparecieron las distintas historias y realidades de los uruguayos residentes en Chile. Se escuchó nuestra música, se bailó, se cantó y también se compartieron los comestibles, además de ver varios documentales y películas nacionales. Se brindó también mucha información sobre las actividad des desarrolladas por nuestro Consejo Consultivo.

La llegada a Montevideo, el sábado a las 17 hrs. fue uno de los momentos más emocionantes, ver la pasión de nuestro pueblo por sus ideas políticas, sacó las lágrimas de varios. En la Plaza de Cagancha nos esperaban los familiares y el Embajador Carlos Pita y su señora, lo que nos causó más regocijo.

Luego cada quien fue a emitir su voto, en su respectivo circuito, el día domingo. Todos satisfechos y agradecidos de poder participar de este proceso tan importante para la vida de cualquier nación, pero en particular para los uruguayos, la política es una de nuestras grandes pasiones.

A la medianoche comenzó el retorno, con la misma cantidad de horas de viaje, pero la alegría seguía intacta a pesar del cansancio, hasta llegar el día martes en la mañana al Museo de Bellas Artes. Misión cumplida. Más allá de los resultados, lo importante fue el fin: participar de la historia de nuestro querido país.

Por Julio Cesar Duarte